El Sol es amigo y enemigo a partes iguales. Y tiene los mismos followers que detractores. Si fuese una cuenta de Twitter sus hashtag serían siempre Trending Topic.
A mí el sol me gusta en su justa medida. Necesito que todas las mañanas salga el sol y se vea bien (los días grises me deprimen mucho), me gusta que los rayos de Sol entren por la ventana, me gusta salir a la calle y notar su calor... Pero odio achicharrarme. Yo soy de las que, a poder elegir, voy a la playa a las 10 y a las 12 estoy recogiendo los bártulos. A mí esto de asarse en plan "pollo a l'ast" no me va. Es que en cuanto estoy más de 10 min en una posición sin moverme y noto que me voy abrasando, ya me pongo nerviosa.
Pero como hay gente a la que le encanta tostarse al sol y que disfruta mucho pasando el día entero en la playa quiero escribir este post. Porque yo respeto que queráis estar en la playa 4 horas y en las peores horas para estar. Pero si protegéis bien la piel (sobretodo si vais con niños, su piel absorbe los rayos del sol en mayor cantidad), os vais refrescando y no os quemáis, yo tan contenta.
Un eritema solar o quemadura solar es una inflamación que se produce por una exposición excesiva a los rayos solares.
¿Cómo se manifiesta?
Aparecen manchas rojas y suele ir acompañado de una sensación de picor (quemadura de primer grado) pero puede ir acompañado de ampollas y dolor (quemadura de segundo grado).
¿Cómo actuar?
Lo primero de todo es dejar de estar expuesto al sol. Ni el día que se produce la quemadura ni los días posteriores.
Lo imprescindible es hidratar y reparar la zona con un producto específico (tantas veces como sea necesario porque ya veréis que la piel absorbe la crema con mucha rapidez) y podemos utilizar compresas de agua fría para aliviar la zona.
Un tratamiento que también funciona de maravilla es aplicar compresas con agua termal que tiene un efecto más calmante. Si la quemadura se ha producido en la cara, os irá también muy bien aplicar una mascarilla hidratante-calmante sin retirarla (siempre que no se hayan producido heridas ni ampollas).
Es importante beber mucha agua para recuperar la hidratación del cuerpo y evitar un posible golpe de calor.
Nunca hay que reventar las ampollas ya que eso podría ser causa de una infección. El líquido de las ampollas debe reabsorberse por sí solo.
Cuando se trata de niños pequeños y hay mucha zona con ampollas (quemadura de segundo grado) conviene acercarse a un centro de salud así como también si se manifiestan síntomas de un golpe de calor: fiebre, náuseas y vómitos, dolor de cabeza, confusión, respiración acelerada...
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