Con los avances de la ciencia cada vez conocemos más los entresijos del cuerpo humano. Así ahora sabemos que el intestino es nuestro segundo cerebro donde tenemos nada más y nada menos que 100 millones de neuronas.
Parece mentira, ¿no? Pero nada de esto es mentira sino que es muy real. Tanto que empiezan a usarse los probióticos y prebióticos como primera opción para tratar enfermedades como la depresión, la demencia, el estrés... Y es que si lo pensamos bien, tiene mucho sentido pensar que si ahí se almacenan buena parte de nuestras neuronas, debemos cuidar su fisiología y estructura para evitar enfermedades y patologías.
¿Cuál es la diferencia entre un probiótico y un prebiótico?
Aunque nos parezcan iguales, no lo son.
Los probióticos son microorganismos vivos (levaduras y bacterias) que tienen un efecto beneficioso en la salud. Ayudan a repoblar una flora bacteriana dañada y a aumentar esa flora en caso de bajada de defensas.
Los más conocidos son los Lactobacillus y los Bifidobacterium.
Por eso, desde la farmacia, intentamos inculcar que, con el consumo de antibióticos (su nombre lo indica: anti vida. Por lo tanto matará tanto a bacterias beneficiosas como a las perjudiciales) debemos consumir siempre probióticos. De esta manera lo que el antibiótico destruye, el probiótico lo repobla.
¿Cuántas veces hemos tomado antibiótico una semana para tratar una infección y nos han aparecido hongos? ¿O un herpes? ¿U otra infección que nada tenía que ver con la primera? Y eso es debido al efecto "anti-vida" que tienen los antibióticos.
Tomar probióticos cuando se toma antibiótico no evita al 100% que no se tenga una recaída, que no se manifiesten hongos o que no se desarrolle otra enfermedad pero sí lo minimiza y mucho.
Los prebióticos son compuestos que nuestro organismo no puede digerir (pero sí fermentar) y que estimulan el crecimiento y la actividad de las bacterias beneficiosas del tracto digestivo.
Las más comunes son la inulina y los fructooligosacáridos (FOS).
Tengo gases ¿necesito probióticos?
¡Por supuesto! Muchas veces los gases, sobretodo si huelen mal (no os escandalicéis que todos sabemos de lo que estoy hablando... ) son debidos a un crecimiento excesivo de la flora bacteriana putrefacta y/o a un descenso de la flora bacteriana beneficiosa. Siempre debe haber un equilibrio entre éstas dos. Cuando consumimos muchos productos procesados, carnes, grasas y azúcares, favorecemos el crecimiento de esta flora putrefacta que fermenta estos alimentos y produce ácidos fétidos.
¿Son aptos para niños?
Los niños son tan buenos candidatos como los adultos a consumir probióticos en caso de padecer gases, tomar antibióticos o como coadyuvante en el tratamiento de enfermedades mentales y de conducta.
¿Qué marcas de probióticos hay?
Hay numerosos productos en el mercado y tenemos que fijarnos bien en el etiquetado. Hay productos con probióticos, con prebióticos y con los dos. Y también los hay para adultos y niños según la concentración y la forma en la que se consumen (comprimidos, gotas, sobres...).
Para niños y adultos
Prodefen (sobres) con probióticos (Lactobacillus, Bifidobacterium...) y prebióticos (FOS).
Casenbiotic (diferentes presentaciones) con probiótico Lactobacillus
Reuteri gotas (se utiliza mucho en lactantes, especialmente cuando éstos tienen cólicos) y contiene Lactobacillus
MegaLevure con probióticos (Lactobacillus, Saccharomyces, Bifidobacterium), prebióticos (FOS) y Vit D3
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